13 DE MAIO DE 2010

13 DE MAIO DE 2010
13 DE MAIO DE 2010: GRAZAS!!!

NOTICIAS DA SAÚDE (EUROPA PRESS)

NOVAS DA SAÚDE

NOTICIAS GALIZA



NOVAS DE GALIZA:





TRIBUNA PÚBLICA


EL HASTA DONDE PODAMOS DE MARIANO

Cuando iba a clases de gimnasia en el colegio allá por el año 1976 había dos profesores que eran completamente diferentes. Uno era más benévolo con los que no estábamos especialmente dotados para el ejercicio. Recuerdo que ya iniciabas la carrera con miedo. Nos ponía solo tres cajones de los siete que tenía un aparato como el plinto para que hiciéramos la voltereta a lo largo de un estrecho tablón acolchado con esparto. El otro era más temperamental y exigente porque sabía hasta donde podíamos llegar, así que, dejaba el silbato colgando del cuello y te esperaba con otro de la clase junto al aparato para cogerte por la cintura y completar el ejercicio.¿Con qué profesor se quedaría usted?. Yo personalmente con el que tiene claro hasta dónde tenemos que llegar.

En un Estado como el nuestro, que se define como social en la Constitución, un dirigente político debe tener claro hasta donde tiene que llegar en un tema como es el Estado del Bienestar (por ejemplo en sanidad o servicios a la vejez), que hoy es muy insuficiente y que nunca alcanzó su máximo nivel de desarrollo . No hay que empeñarse como mi profesor de gimnasia, en ir quitándole escalones: recortando el presupuesto a los hospitales (caso de Cataluña), quitando médicos, aumentando las listas de espera o privatizando servicios y centros (caso de Galicia) sino en impulsarlo, como hace su colega, a un nivel que permita corregir los desequilibrios de los ciudadanos que tienen mermadas sus opciones de vida. En España y en Galicia nos hace falta un Estado de Bienestar de siete cajones o alturas como el plinto de mi escuela y políticos exigentes como mi profesor favorito que no se queden hipnotizados por la euforia electoral.

 

No os votamos para esto


Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Data: 6/4/2010  La Voz de Galicia


Como diría Roberto de la TVG , «a cabeza non para». Muchos, como el presidente de la comunidad autónoma de Murcia, piensan que acabaremos pagando por ir al médico. Eso que llaman el copago sanitario o más bien el doblepago.
Cualquier mocoso contable con ordenador y ciertos políticos indolentes de ocho mil euros al mes gritan que el gasto sanitario «es insostenible».
Ya veo cómo pueden acabar siendo las cosas en el ambulatorio de Monforte: «¡Eh, no se cuele señor Manolo! ¿Tomó la tensión? Pues son dos euritos. Mujer, podías hacerme una rebaja, conseguí bajarla a 14. ¿Por qué no coge nuestro pack Azteco: análisis de azúcar, tensión y colesterol, que este mes lo tenemos solo a cinco euritos? Me lo voy a pensar, reina».
La implantación del copago sanitario es un sistema injusto y nos hundirá todavía más en la pobreza, porque ¿cómo lo harán? ¿Cobrando a la gente de esta provincia que tiene las pensiones más bajas de este país? No se atreverán. En consecuencia, a los demás, ¿nos tocará mendigar un médico o los 400.000 euros para arreglar la fachada del hospital?
Tiene que venir un abuelete de 94 años como el señor Hessel para decirnos que la peor actitud del hombre es la indiferencia. Permítanme que les diga que por esto yo no paso.
El Estado debe planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas. Es el artículo 131 de la Constitución. A ver si mamamos un poco más de Constitución y no nos contentamos con los pinchitos que dan el 6 de diciembre.

 

 

Un plan piloto para o hospital, por favor 

Autor:
Ramón Rodríguez Vázquez
Data de publicación:
3/3/2011 La Voz de Galicia


Prodúceme un cabreo monumental ler na mesma páxina deste xornal que a Consellería de Sanidade recupere para o ambulatorio do Incio o médico de garda polas tardes (chámano plan piloto: dícese da intención de pór en marcha algo) e non sexa capaz de contratar a tempo no hospital de Monforte a un médico patólogo para que non se marche a Segovia.
A isto chámano intención de seguir contando co especialista. Que sorte temos con este director, sempre ten boas intencións. Non fai moito tivo outra boa intención, non contratar á oculista, ¿acórdanse?
Teño unha lea monumental. O alcalde do Incio envía unha carta aos veciños contándolles que bos son el e o seu grupo político e que o logro se debe ao respaldo do presidente da Xunta. Aquí saímos todos á rúa en maio e é unha «manipulación noxenta» do alcalde e do BNG.
Aos monfortinos, polo que vexo, non nos queda outra saída que pornos a esperar como pedigüeños á porta dunha sala de mitins cando empece a campaña das próximas eleccións municipais: ¡Atención, si, aí vén o concelleiro e deputado, ese que atacaba tanto á Pataforma en Defensa dá Sanidade Pública de Monforte, o mesmo que dicía que o hospital comarcal se ía a reforzar, acompañando á candidata á alcaldía. Sacudide os volantes do médico, sorride algo, non esteades tan serios, veña, agora: un plan piloto para o noso hospital, por favooor. ¡Outra vez todos! Un plan piloto para o noso hospital, por favooor.

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SOLO POR TI,  MARUXA

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez


       Desde el balcón de A Frieira, en la parroquia de Tor, se divisa en el horizonte, entre una bóveda de niebla, la torre del homenaje del castillo de Monforte. Dirige nuestra mirada el bastón levantado de una mujer que acaricia los ochenta años. Una mujer que desde su fragilidad derrocha dignidad, le sale a borbotones. Sus ojos que se dan servidores cabalgan sobre pómulos encendidos. Acicalada para la ocasión en la más pura sencillez atiende las ordenes de tres jovencitos que realizan un programa de televisión. Uno, dos, tres,….y hasta cien contaría gritando al cielo si la dejaran en la prueba de sonido. Va desgranando poco a poco lo que supondría para ella si tuviera que ir a Lugo al médico. Al hospital de Monforte, por atajos y malos caminos salvaba antes la decena de kilómetros que la separaban. A pesar de ello llegaba pronto, pero una ciática traicionera la aprieta y tiene que echar mano de un taxista de Moreda. ¿En taxi a Lugo?, imposible, se marea mucho, tendría que ir, según ella, en el tractor.
       Mientras lo contaba, jugueteaban dos perros entre nuestras piernas. Yo la miraba y a ratos solo la escuchaba. Hubo un momento en que no sentí frío, se detuvo en la superficie de mi piel y dejó de colarse dentro de mis huesos. Se me humedecieron los ojos pero quise disimular sacando el pañuelo del bolsillo con la excusa de secar la agüilla que caía de mi nariz. Cuando recogían la cámara, conteniendo la emoción, como si saltara un resorte, mis piernas comenzaron a andar para darle un par de besos a aquella mujer.
      Quiero decirte, Maruxa, que solo por ti, explico ahora mi pertenencia a la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Monforte y se acrecienta mi decisión de trabajar por ella.  
       Solo por ti reverdece el espíritu de situar una sanidad pública próxima a la ciudadanía y en igualdad de condiciones.
       Solo por ti enmudecen políticos, proyectos de políticos, médicos, economistas y chupatintas recalificadores del derecho básico a una sanidad pública, patrimonio de todos. Solo por ti huyen en estos momentos los negociantes que sacan beneficio de la salud.
       Solo por ti, estoy seguro, irá poco a poco creciendo la conciencia colectiva de recuperar nuestra voz y nuestro poder de decisión.
       Solo para ti, te mando en estos momentos, un abrazo.
                
                                                                       Ramón Rodríguez Vázquez

 

 

Otra vuelta de tuerca sobre los pacientes

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez

Data: 21/11/2010 La Voz de Galicia
Una consecuencia de que no se cumpla la promesa efectuada hace ya seis meses por el señor Feijoo cuando vino a Monforte (un área sanitaria propia dotada de recursos humanos, económicos y materiales) es que aumentará el número de monfortinos que pagaremos en dinero y en calidad de vida por ir al médico a Lugo. De nada sirve tener una población envejecida, que los pensionistas de la provincia sean de los más machacados de este país con una pensión media de 639 euros y que veintisiete de cada cien de esas familias no tengan otro ingreso que entre en casa cada mes. Tampoco cuenta que el paro esté por encima de la media gallega y que los precios de la compra sigan subiendo. La señora Farjas decide que para aparcar en el nuevo hospital de Lugo hay que pagar y punto.
¿Cómo se llega a esto? Primero cogen un terreno que es de los vecinos de Lugo (más baratito no puede ser). Luego, con dinero de todos, se construye un aparcamiento subterráneo con todas las de la ley. Tercero, se lo dan para que lo explote por diez años a una empresa privada y le ponen el nombre de «colaboración público-privada». ¿Alguien hace uno gratuito como el alcalde de Lugo? Pues arma una pelotera el concejal de la oposición con la calificación de los terrenos y pide al contrario más autobuses urbanos (pide solo para sus vecinos de Lugo, claro está).
La beneficiaria que logra la concesión tiene que fijar un precio que satisfaga a la vez el coste real del servicio y el beneficio que toda empresa que se precie como tal quiere llevarse al final. Lógicamente el precio por hora de aparcamiento se encarece. A cambio, barre un poco, arregla unas florecillas, y nos presta sillas de ruedas y muletas (lo que me lleva a pensar que continuarán viéndose sillas como la de mi hospital: le faltan un posapiés o está atado con esparadrapo).
Hagamos cuentas. Tengo que llevar a mi padre a una consulta del especialista a Lugo. Echo mano de los horarios de la Renfe. No me sirven, pero que más da, he oído que la Xunta ha decidido retirarles la subvención, o sea, que igual un día los quitan. Póngale una espera media de cuatro horas (se sabe cuándo se entra pero no cuándo se sale). Cuando meta el tique del párking en la maquinita, de vuelta a Monforte, me saldrá un precio de 5,08 euros. Si me tengo que quedar con él en la habitación serán 11,80 por día o un cristal roto para robarme unos cedés de música y aún siendo solidario conmigo, el dueño del restaurante me cobrará, como mínimo, el menú a ocho euros, desayunos y aguas aparte. ¡Ah!, y si alguien se rebela contra esto le dirán lo que dice la conselleira: «hay que aunar esforzos».




LA ALMIBARADA ENTREVISTA AL DIRECTOR DEL HOSPITAL (17-11-2010)
       
        El programa de la televisión prometía. “De martes a martes”,“sen tapuxos”. Sobre las diez y media la presentadora daba entrada al director del hospital comarcal de Monforte. Máxima atención en mi familia. Esperaba como vecino, pues lo que estaba deseando todo el mundo: respuestas a las listas de espera, al por qué no me llaman para ir al oculista o si voy a tener que ir a Lugo a operarme y me podrá llevar mi hijo, eso que andan diciendo por ahí de que quieren suprimir el médico de guardia que hace las radiografías, los médicos que se van del hospital  y que luego me llaman por teléfono y me cambian  el día de la consulta o cuándo me llamarán para la rehabilitación de esta rodilla que tengo operada.
      Dicen los que entienden de esto que no puede haber un buen entrevistado si no hay entrevistador que le ayude a levantar el vuelo. Eso es lo que faltaba allí. Sagacidad, investigación, cumplir una función social y sobretodo servir a la gente. No hace falta llegar a un nivel americano tipo Larry King de la CNN o subirse al silencio animador de Jesús Quintero como el Loco de la Colina pero cuando el entrevistado se pierde en aquello de  “como monfortino que soy”, que le gustan los colores ocres del otoño, el verde en primavera, el circuito colorectal, que tenemos el mejor hospital de Galicia y que colocaremos al paciente en el eje del sistema, hasta el más pintado de los periodistas becarios en prácticas empezaría a correr pidiendo que se lo tragara la tierra.
     Como vecino me ofende y me produce bochorno el autismo que padecen los que gestionan nuestro hospital Es la incapacidad para resolver los problemas de la gente. En el momento en que escuché un discurso casi memorizado y el tono monocorde de sus palabras, acompañado de un lánguido parpadeo, me acordé de la película “Bienvenido, Mister Chance” en la que un inolvidable Peter Sellers encarna a un jardinero de pocas luces cuyo mayor deseo es tener el mando a distancia de la televisión. El entrevistador dice:  “El presidente de EE.UU ha citado frases de usted…y ha comparado la economía de este país con un jardín…”. Y el jardinero, una tras otra, y a pesar de los intentos del entrevistador para que se defina, sólo le responde: “Sí, es posible que todo, todo, crezca sano y fuerte, hay mucho sitio para árboles nuevos y flores nuevas de toda clase…un jardín necesita muchos cuidados y mucho cariño…algunas plantas están mejor al sol y otras en cambio crecen mejor a la sombra…”.
     ¿Qué te parece si en armonioso silencio vamos deslizándonos por la porcelana de las baldosas y nos vamos a dormir?, me dijo María. Yo le respondí: ¡no…, no me digas nada, que me enciendo otra vez!.
 


EL MÉDICO DE CABECERA EN LA BOUTIQUE

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez 
 
¿Un poco de política-ficción?.Galicia año 2035. Hace cinco años que terminaron de construirse los nuevos ambulatorios con centros comerciales, ¿o fueron los centros comerciales los que tenían los nuevos ambulatorios?. No lo recuerdo exactamente, pero sí sé que fue allá por el año 2010 cuando la consellería de sanidade tuvo la ocurrencia, siguiendo una moda que por aquel entonces hacía furor en Madrid y Valencia de que fueran las empresas privadas las que costearan la construcción de los hospitales y centros de salud. Además de darles el mantenimiento, repuestos y la limpieza del ambulatorio se les cedieron locales para poner comercios: ropa, electrodomésticos, tragaperras, bares. Los gallegos estuvimos encadenados a una hipoteca de nueve millones de euros, más intereses, durante veinte años, por cada uno de los ambulatorios para que el gobierno maquillara unos números en la contabilidad. Un momento,¿qué le pasa a esta puerta?.Enseguida sale un guarda de seguridad como un armario de matrimonio: “¿cogió el ticket de entrada, viejo?”.Se lo enseño y lo vuelvo a meter por la ranura. La puerta al fin se abre. Al mismo tiempo lo políticos de aquel tiempo secuestraron los planes de mejora que suponían para los ambulatorios más equipamiento tecnológico e informático, la desburocratización, una atención a los puntos asistenciales más deficitarios y más médicos con más tiempo de consulta por paciente. Al fondo del pasillo veo a los vecinos del sexto aporrear la máquina de los  bocadillos. Estaban en trámites para la ley de la dependencia pero el gobierno gallego bloqueó las ayudas. Miro hacia arriba para encontrar el letrero luminoso de la consulta del médico. Está después de la boutique Lamparoche y antes de la Feitouncaco, enfrente mismo de la ferretería Collecita-Sidán. Mi médica está en un cubículo de dos metros de ancho por apenas tres de alto. Su bata ya no es como antes blanca o verde sino de colorines por las pegatinas de las farmacéuticas y empresas de seguros médicos. Del techo desconchado cuelgan de gomas elásticas el aparato de auscultar, de tomar la tensión, el azúcar y un embudo pequeño con una bombilla para mirar los oídos. Al fondo, entre montones de papeles, también colgada del techo, la camilla de la que sale una cadena a modo de tirador. La mesa, colocada a la entrada, pegada al letrero de la tienda japonesa de electrónica Nincan, permite el paso de lado de los pacientes previo paso por un torno como el del metro.”Meta el ticket en la ranura, no se olvide”.En el 2010 empezaron a llamarle “copago en la sanidad pública”.De pronto suena de forma estridente una bocina  a la vez que los luminosos de todas las tiendas se apagan y se encienden. La voz del guarda de seguridad por megafonía: “el cliente que ha dicho sanidad pública diríjase a caja central, graciaaas.”..Una mano se apoya en mi hombro y me zarandea, no quiero mirar para atrás, quiero empezar a correr y una voz me dice: “¿no durmió bien por la noche, eh?.Ya puede levantarse, vaya junto a la doctora, a ver que tratamiento le da para la tensión.”. Apenas me he abrochado los botones de la camisa le doy un  abrazo a mi enfermera. Dígame usted querida doctora.

Todos a Santiago el día 21 de noviembre: en defensa y mejora de la sanidad pública y contra su privatización.



Listas de desespera

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Data: 5/10/2010 La Voz de Galicia
Una mañana cualquiera en el hospital de Monforte. Consulta del oculista. «Mire aquí, ¿qué letra ve? Erre. Muy bien, ¿esta otra? Una e. ¿Y esta? Ese. ¿Y estas otras?... I, ge, ene, a, ce, otra vez i. Perfecto, siga. Esa es una o. Y por último ¿esta es una...? N». Sí, la palabra es resignación. Es lo único que ofrecen en el hospital de Monforte a los pacientes que esperan cita para que los vea el oculista. Quizás mañana sea para el cirujano, al otro para el cardiólogo y así el hospital y los ciudadanos vayamos entrando en una senda, para ellos ideal y mundial de «con uns e con outros, non hai nada que facer con eles».
La nueva denuncia de la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública de Monforte por el colapso, o mejor dicho infarto, de las listas de espera de oftalmología no tardó en llegar en forma de recortes de prensa a la consellería en Santiago, que sin verificar la situación real sacó otra nota negándolo todo. De esta manera el equipo directivo del hospital, ha pasado de querer ponerlo en la avanzadilla del siglo XXI ha convertirse en un mero ayudante del gabinete de prensa de Sanidade. Es lo que suele pasar cuando en vez de verdaderos gestores de los derechos ciudadanos básicos hay «ojeadores» mandados desde los despachos o desde la avenida de Galicia para ver qué sucede en las asambleas vecinales y en las charlas informativas. No acaban de creerse la masiva manifestación del 13 de mayo y siguen como tanteando las posibilidades de reacción de la ciudadanía. Son los síntomas premonitorios de la verdadera voluntad política de la consellería, por encima de anuncios y promesas. Es como representa el humorista gráfico El Roto con una larga varilla que introduce por la boca a un paciente mientras le dice: «¡Ah, pillín, te habías tragado todas las mentiras!».
Como el poso que deja el vino viejo cuando preparamos una cuba para la uva nueva, recuerdo ahora aquella, para mí, inolvidable respuesta de un miembro del equipo de la conselleira de Sanidade a las listas de espera: «Es lo que hay». Y a la pregunta de por qué se envían pacientes a las clínicas privadas me dijo como el que trae la lección aprendida: «Para facilitar su libertad de elección». Y yo me pregunto, ¿de que libertad de elección habla este señor? ¿De la que tienen por ejemplo el 90% de las personas de más de 65 años que viven en Sober, Pantón o A???????Pobra do Brollón? No, no es libertad de elección, es más bien un artificio para recortar un derecho a la sanidad pública con independencia de la edad que tengas, el lugar en que vivas y el dinero que tengas. Es el caldo gordo al negocio con la sanidad.
Me niego a que la imagen de un hombre que apoya la cara en su mano abierta mientras espera que le llamen a la consulta, publicada hace poco en este periódico, sea la foto fija de mis vecinos de Monforte y comarca. Tenemos una joya, un patrimonio de todos que hay que cuidar. No debemos dejar que otros tomen las riendas por nosotros. Participemos en las reuniones familiares, comunidades de vecinos, asociaciones de vecinos (la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Galicia y la Federación de Lugo se han posicionado a favor de una sanidad pública), plataformas ciudadanas, sindicatos, partidos o aficionados al mus en el orgullo y el cuidado de lo que es nuestro.


Bienvenidos al nuevo canal de telerradiología

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Fecha: 2/7/2010  La Voz de Galicia
El calor era aplastante. Acababa de cenar y me dispuse a veer el telediario de Monforte. Repantingado en el sofá veía las imágenes de la visita de un conselleiro (sí, ahora recuerdo), cuando la pantalla empezó a cortarse como en tiras y cachitos pequeños. Cambien de canal por ver si la pérdida de señal era general, pero no. Vuelvo al canal local y me encuentro con lo que debía ser la radiografía de la mandíbula de una persoa con las sombras de unos dientes torcidos y gastados. Bueno carallo, bueno... ayer estuve sintonizando el canal con la TDT y ahora me sale esto. Pensé que en realidad había cambiado de lugar un programa de cotilleo y enseñaban al personal la radiografía de la Esteban antes de operarse la nariz, o que estaban explicando la trayectoria de la cornada cerca del mentón a un torero famoso. Oigo música clásica de fondo, cambia la imagen y después de ladear mi cabeza a la izquierda interpreto lo que sería un intestino. ¡Aaah, claro! Ya sé, la Consellería de Sanidade está probando su sistema de tener un médico radiólogo de guardia para tres hospitales: Monforte, Verín y O Barco.
Radiografías de casos urgentes hechas por una máquina y vistas por un médico a kilómetros de distancia, los intereses de los grupos hospitalarios privados que tienen sus raíces en sociedades científicas que asesoran a gobiernos, el influjo del sistema americano, la eliminación de las ecografías y su sustitución por la radiación de los pacientes, el desmantelamiento de los servicios de radiología de los hospitales...
Háganme un favor y este verano, si van a leer un libro, incluyan como marcador de página la nota ¿qué sanidad queremos? Háganlo en las terrazas de los bares con los amigos o comiendo con sus familiares que vienen a Monforte de vacaciones. Discutan esto pero háganlo sin tragar el anzuelo de la sostenibilidad económica, que no despilfarro, porque maniata nuestro derecho a un servicio público esencial.
¿Por qué no nos preguntan a nosotros? Los ciudadanos tenemos derecho a participar en la gestión de los recursos humanos y materiales en sanidad y no solo porque lo dice la Constitución y un puñado de leyes. Ante una urgencia queremos un médico radiólogo aquí en Monforte, no en Verín, Marruecos o la India, que nos atienda bien. Que hable con nosotros o con nuestra familia y con el cirujano o especialista que espera su informe. Que se tome su tiempo para que podamos contarle dónde nos duele porque no nos hemos visto privados por un tiburón financiero de que nos hagan una ecografía.
Menos admiración por lo que se hace en Madrid y más contratación de radiólogos. Profesionales con contratos estables y no de dos meses, motivados para no marcharse de Galicia. Quiero más inversión en Monforte y no desvío de pacientes, por ejemplo, a hacer resonancias magnéticas a una clínica privada de Ourense. ¿Con lo que le pagan anualmente no llegaría para contratar tres médicos radiólogos de guardia para Monforte, Verín y O Barco? Venga hombre, venga. Ah, se me olvidaba: y no quiero más palabrería hueca de políticos que dicen seguir trabajando por la mejora de nuestro hospital.
Noté la camisa empapada de sudor, por lo que decidí levantarme para ver si corría algo de fresco, pero opté por volver sobre mis pasos y darle un golpe a lo bruto a la televisión deseando que volviese la imagen del telediario. Sabia decisión. Sonreí aliviado al ver otra vez las noticias.



Sistema sanitario ou negocio

Autora: María Gamallo Torres
Data: 21/5/2010. La Voz de Galicia


Esta semana lin unha reportaxe moi interesante, que non me sorprende en absoluto por outra banda, sobre como moitos medicamentos se sacan ao mercado con toda unha serie de enganos e estratexias de mercadotecnia, deixando totalmente ao carón a evidencia científica na que debesen basearse e por suposto comercializarse. É máis fácil sacar ao mercado unha pastilla que un produto alimenticio ecolóxico. Estamos nun penoso sistema sanitario no que o medicamento se basea no negocio máis que na ciencia.
Glen Spielmans, investigador do departamento de Psicoloxía da Universidade Estatal Metropolitana de Minnesota (EE.???UU.), acaba de publicar un traballo baseado en documentos internos da industria farmacéutica que revelan como esta suprime de xeito habitual os datos negativos dos ensaios que realiza, como se inventan enfermidades para gañar mercado a medicamentos que non foron probados para esas novas patoloxías, como os "estudos e traballos" fanse a petición e despois asínanse, cobrando polos seus servizos grandes sumas de diñeiro personaxes de prestixio médico e investigador.
O que busca a farmacéutica é sempre converter medicamentos ineficaces e/ou perigosos en superventas. E todo isto ¿que castigo ten? Pois resulta sempre moi rendible arriscarse. Das sentenzas condenatorias que saen (por desgraza máis en EE.UU. que en Europa) nunca vai ninguén ao cárcere e as sumas de diñeiro a pagar son sempre solto para as empresas farmacéuticas en comparación coas ganancias obtidas en tales prácticas. Un exemplo, o que Pfizer pagou en sancións por distintos fármacos recetados para usos non aprobados desde 2004 representa pouco máis dun 1% dos seus ingresos entre 2004 e 2008, que se calcula foron de ¡245.000 millóns! Ata aquí os nosos gobernantes deberían de tomar nota, se moitos deles non estiviesen vinculados dalgún xeito ás empresas e laboratorios que levan a cabo este negocio.
E de parte dos cidadáns conviría que nos concienciásemos do que significa tomar pastillas, cecais o feito de que nos salgan "gratis" fainos ser irresponsables á hora de tomalas. Pero debemos de pensar antes se non haberá alternativa para o noso mal, empezando pola prevención coa alimentación. Os medicamentos son case sempre unha arma que apaga un lume pero sempre acende outro. Os efectos secundarios son sempre unha lista máis larga que a de beneficios. Algo que non ocorre con terapias alternativas, que os médicos, por algo será, non queren que se inclúan na seguridade social. O medicamento ataca sempre os síntomas pero ¿non nos gustaría saber antes de tomar unha aspirina para a dor de cabeza por que nos doe? Mañá volverá doernos, volverémonos tomar outra e seguirá doendo. A xente non acode ao homeópata porque ten que pagalo pero non se dá conta de que a industria farmacéutica a pagamos todos con impostos e ademais estannos envenenando.
O noso sistema sanitario debería de depurarse e actuar de forma máis humana. Actuar de forma coordinada con alternativas máis sas e sobre todo eficaces e baratas. Aforraríase moitísimo diñeiro e sobre todo a xente sería máis sa e feliz. Pero claro, esquéceseme que detrás de toda esa mentira está o euro. É unha pena porque só así se podería falar dun sistema sanitario público de calidade, polo que eu e moita xente loitamos.




No me manipula nadie, señor Dámaso

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Data: 9/5/2010. La Voz de Galicia
 
No manipulamos a nadie, señor Eiriz. No sabría decirles si fue por la edad que ya voy teniendo o por los consejos de mis compañeros en la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública que he ido aguantando estoicamente las declaraciones de su compañero y diputado autonómico del PP de Monforte. Desde aquel día en la casa de cultura en que el cuerpo me pidió formar parte de un grupo de ciudadanos y ciudadanas que pretenden contener el desmantelamiento de lo único que nos queda en Monforte y su comarca, como es el hospital, he leído y oído de este señor los más variados -podemos decir para ser prudentes- intentos de descalificación. Y llega un momento, a pesar de eso tan manido de que ciertos representantes políticos están en su papel, en que uno está profundamente harto.
Yo creo que no me he caído de ningún caballo como San Pablo ni sufro una «terrible manipulación» (en palabras de este representante del PP) por parte del BNG. Por mi coherencia personal y porque más de una vez, en mi empresa, tuve ocasión de hablar con gerentes y técnicos de personal de todos los colores políticos, siempre he llegado a la misma conclusión: son parapetos enviado para que, utilizando términos taurinos, los pobrecitos ciudadanos o trabajadores nos vayamos desbravando y quedemos exhaustos para cuando nos llegue la puntilla final. Esta fue mi primera impresión cuando nos entrevistamos con el gerente del hospital comarcal de Monforte y esto es lo que pasará cuando lo vuelvan a intentar estos señores del PP como teloneros de la artista invitada, la gerente del Sergas, a esta función teatral de venir a Monforte a explicarnos las maravillas de la gestión integrada.
Cuando acudimos a la reunión con la conselleira de Sanidade, a mí y a mis compañeras de la plataforma nos dio personalmente su palabra de que nos haría llegar el borrador del decreto. Tuvimos que enterarnos de su existencia por internet, con las comunicaciones averiadas y dos días antes de las vacaciones de Semana Santa, y de que había solo diez días para alegar. Además de la carta enviada al secretario general de la consellería en nombre de la plataforma, yo también alegué a título individual (será dos de las cinco que dice le constan al señor Dámaso) por un hecho que considero un acto de auténtica piratería contra la participación democrática de los ciudadanos.
Como también he leído un poco en mi vida, he leído el tan traído borrador del decreto que va a introducir una nueva manera de organizar las prestaciones sanitarias a las que tenemos derecho. Viendo cómo van a mandar y el sustrato de los nuevos directivos de la cosa, puedo decirles, sin lugar a dudas, que el hospital de Monforte se verá debilitado aún más y nuestros derechos a una sanidad pública recortados, y que lo que este representante del PP dice, y no se cansa de repetir, en el sentido de que el centro monfortino se va a «reforzar», no es más que una salida de cara a la galería para papanatas. Papanatismo y democracia enlatada que nos diga qué es lo que debemos pensar y qué es lo que debemos creer, en mi modesta opinión, nos sobra en este país.
Decirle por último a este representante político que en las reuniones informativas con los vecinos de las parroquias a las que, por mi trabajo, pude acudir y apoyar, nunca he oído de boca de la portavoz de la plataforma que el hospital se va a cerrar. Es rotundamente falso que yo o mis compañeros vayamos asustando a la gente con eso. Lo único que no queremos es precisamente estar asustados o resignados y así se lo vamos a demostrar en la manifestación del próximo 13 de mayo a los actuales y futuros representantes políticos que pretendan gobernarnos. Ese día será, debe ser, el principio de algo nuevo.

El sillón de los 700 euros del Sergas

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Data: 4/5/2010   La Voz de Galicia
El precio exacto del sillón de acompañante que formará parte del nuevo hospital de Lugo mueble no ha trascendido, pero costará más de 700 euros. Multiplicado por las más de 700 camas que tiene el centro, nos dará un gasto total de medio millón largo de euros. La empresa explicaba recientemente en un periódico sus características: reclinable, como un asiento de primera clase de un avión, no se encuentra en ningún otro hospital de Galicia, de relajación, mejora la circulación de la sangre y las lesiones cutáneas. Vamos, que enviamos a nuestros mayores al hospital a que acompañen un ratito a los enfermos y de allí salen nuevos. Dice además que su posición inclinada se llama de gravedad cero, diseñada por la Nasa como postura de despegue de los astronautas. Pienso entonces que podemos llevar a los chavales al hospital, pegamos unas estrellitas de colores en el techo y ya los tenemos entretenidos.
Tía Mary y su sobrino Hillenbrand fundaron en tiempos de la Gran Depresión la empresa matriz que fabrica estos sillones en Estados Unidos. Pidieron ayuda a un cura de la asociación católica de hospitales para abrir un hospital. Al cura le gustaban para los hospitales los muebles de madera de las casas. Con el tiempo, la multinacional que fabricaba camas y sillones acabaría también ofreciendo a los hospitales herramientas para su evaluación, técnicas para gestionar su capacidad y la demanda de los pacientes y programas para mejorar la productividad. El dólar es el dólar, y conociendo previamente el sistema sanitario estadounidense esto puede acabar muy mal para el ciudadano. Empiezan vendiendo un sillón y acaban gestionando el hospital de Lugo.
En definitiva, el presupuesto del mobiliario se le ha disparo al Sergas nada menos que 800.000 euros. Por mucha menos cantidad, el ambulatorio de A Pobra do Brollón tendría un ordenador conectado con el hospital de Monforte para recibir las pautas de administración del Sintrom. Por mucho menos, el gerente del centro monfortino contrataría oculistas y de paso se ahorraría las fotocopias que envía a los pacientes para decirles que pueden ir a Lugo a un hospital privado. O también traer a un anestesista, radiólogo, ginecólogo, etcétera.
Ya estoy viendo a nuestro concejal del PP, al gerente y su equipo directivo diciendo que esto es demagogia barata, o que con el bipartito era igual. Yo ya no le hago caso, porque por un poquito de esa cantidad, quién sabe, el padre de un compañero de trabajo sería operado en Monforte, porque habría más de un cirujano y no tendrían que llevarlo a Lugo; o me daba por desprivatizar el archivo, o poner en marcha la unidad de cuidados intensivos que está cogiendo polvo; o ¿por qué no volver a poner en marcha ese plan de mejora de atención primaria?
Estos son más peligrosos que Milton Friedman, el gurú del neoliberalismo, porque van a la comisión de Economía, Fecenda e Orzamentos del Parlamento de Galicia y se atreven a pregonar la austeridad de los presupuestos del 2010 y que hacen lo mismo que las familias que ajustan sus gastos mensuales. Y luego llaman violentos que boicotean la convivencia a los que se manifiestan en defensa de una sanidad pública no hipotecada a los negocios privados. Qué pena de representantes políticos. Tía Mary seguro que lo entendería.

Y llegó un alcalde que mandó barrer

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Fecha: 2/4/2010 La Voz de Galicia
Mediodía. El alguacil sale a la plaza con la trompetilla. ¡Tuuutuuu! recobra el aliento unos segundos y gritqa: ¡Se hace saber a los vecinoooos que se ha abierto expediente sancionador por falta grave a la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública de Monforteeee!
Sí, queridos ciudadanos. Aunque no lo crean, el regidor de Quiroga aprovechó una ordenanza de medio ambiente para enviar una carta al domicilio de uno de los miembros de la plataforma comuncándole el inicio de un procedimiento de multa por una falta grave. Es decir, al lado de humos y vertidos peligrosos, excrementos de perro, basura domiciliaria, electrodomésticos usados tirados por la calle, están los anuncios, supuestamente mal colocados, de un movimiento ciudadano que pretendía informar a los vecinos de la celebración de un acto sobre las intenciones de la Consellería de Sanidade y las carencias del hospital de Monforte. La autoridad, presurosa, se ha colocado al otro lado del cristal para ver desfilar en rueda de indntificación a los miembros de la plataforma mezclados con incendiarios, maltratadores de animales y gamberros que destrozan bancos o papeleras, pues todos, a juzgadr por dicha ordenanza, van a tener la misma pena: infracción grave con multa. Hasta las molestas caquitas de los perros que cuando te descuidas aplastas con tu zapato merecenuna multa más leve.
Pero es que bajo el epígrafe de publicidad de la ordenanza de Quiroga se mete en el mismo saco la propaganda de descuentos de un supermercado y los anuncios de una asamblea vecinal, porque conviene que estos últimos sean domesticados al exigir su colocación en «lugares autorizados».
¿Qué diría la madre Pelagia del escritor Máximo Gorki si al mismo tiempo que lleva la sopa caliente a la fábrica no pudiera llevar bajo su raído abrigo, escondidos, los folletos que explican la verdad a los obreros? ¿Y qué sería de la reivindicación de la jornada de ocho horas y de la prohibición del trabajo infantil sin poder repartir octavillas?
Les propongo un juego sencillo, como cambiar la ordenanza municipal de la siguiente forma: al político que sacude la alfombra en medio de la calle deshaciéndose para siempre del polvillo de unos sediciosos que solo arman bulla, al director general que riega con amor las flores de sus gerentes que mantienen largas listas de espera mientras caen sobre la cabeza de los ciudadanos el barro de la hipoteca de unos hospitales con servicios privatizados y la precariedad laboral de sus trabajadores , y a los que trepan por los árboles para colgar de los balcones la ropa vieja de los intereses del partido político que gobierna en Santiago... a esos ¿qué multa les pondría usted?

Una tarde en el taller de la Consellería de Sanidade

Autor: Ramón  Rodríguez Vázquez
Data: 17/3/2010   La Voz de Galicia
Puedo asegurarles que cuatro horas en el taller de «formación para a participación cidadá» organizado por la Consellería de Sanidade en el Hospital Xeral de Lugo el 9 de marzo son más que suficientes para salir con dos impresiones: si los ciudadanos queremos participar en nuestra sanidad no les quepa duda de que debemos ganarlo a pulso. Estos chicos de ahora, con un máster de gestión y bata de médico no nos van a regalar nada. Y si queremos un hospital moderno, debemos reclamarlo y defenderlo.
Tenía entendido que un taller es un lugar donde se arreglan problemas mecánicos y se hacen puestas a punto. La puesta a punto en participación ciudadana que nos dieron a la veintena de personas que estábamos allí se identificaba más con un taller barato de chapa y pintura. Ordenador portátil, letras, números y fotos bonitas. Como en un cine. Empezamos a las cuatro y media metiéndonos en vena un preoperatorio de palabras como sostenibilidad y eficiencia, para introducirnos en su política sanitaria orientada a la reducción del gasto.
El subdirector de gestión del Xeral de Lugo nos confirmaría luego el ansia que tiene la consellería de que participen los ciudadanos. La puesta en escena por parte del gerente del hospital de Monforte, el día anterior, de la comisión de participación ciudadana es otra maniobra para aplacar al personal. Nada que ver con el Consello de Saúde de Área. Si la primera intenta conseguir mayores niveles de salud, el segundo no se para ahí y faculta a los vecinos a saber más: a dónde va nuestro dinero y los proyectos futuros de nuestra área sanitaria y a proponer medidas para mejorar las prestaciones. Por algo será que no hay ninguno creado en Galicia. Y para digerir estas dos primeras ponencias no se les ocurre nada menor que salga otro director médico de Atención Primaria recomendando no fumar y ejercicio adecuado a nuestra edad.
Pero, a eso de las cinco y media, vuelve el director médico del Xeral para decirnos que Santiago trabaja en el decreto de las áreas sanitarias de gestión integrada de Coruña y Santiago, al tiempo que nos lanza preguntas que él mismo responde: ¿qué pretende este modelo organizativo?, una atención lo más cercana al paciente. ¿Qué quiere decir con eso de lo más cercana? Vamos a Barrio Sésamo. Epi dice que cerca es el hospital de Monforte. Blas y ese director médico nos dicen que lo que necesitamos es tiempo, liderazgo, una implantación progresiva, un motor que estimule los cambios, un cambio cultural y conseguir que todos los «actores» se sientan implicados en el cambio, para que al final Epi y todos digamos que lo que está lejos está más cerca.
Y sigue el tratamiento en participación ciudadana. La espera máxima sigue clavada desde el 2005 en los seis meses y las listas de espera se deben, entre otras causas, a la necesidad que tienen las personas mayores de tener buena salud (¿eh...?) o que tener más recursos no es suficiente para su reducción; para que luego, bien entradas las siete de la tarde, la consellería diga que en el 2009 unos 73 millones de euros fueron para los hospitales de Vigo y Pontevedra que administrarán empresas privadas y que 213 millones acabaron en le bolsillo de los hospitales privados.
Al filo de las nueve menos cuarto de la noche, reconfortaba el viento helado que soplaba por el callejón en bajada del hospital de Lugo.

La conspiración comunista

Autor: Ramón Rodríguez Vázquez
Data: 9/3/2010  La Voz de Galicia
Cuenta el polémico Michael Moore en su documental Sicko (en estos momentos aconsejo que lo vean) que cuando Hillary Clinton decidió que la asistencia sanitaria para todos sería su máxima prioridad, llegaron a organizarse miles de reuniones por todo el país donde invitaban a los vecinos a escuchar la grabación de un actor conocido: «Me llamo Ronald Reagan. Uno de los medios para imponerle al pueblo el sistema socialista es mediante la medicina». El disco de Reagan y los 100 millones de dólares que emplearon las empresas de seguros privados en campañas contra la propuesta consiguieron finalmente desbaratar el plan sanitario de Hillary.
El concejal en la corporación monfortina y diputado del PP me ha parecido, con lo que lleva dicho estos meses en los medios de comunciación, nuestro peculiar Ronald Reagan. Su discográfica, la Consellería de Sanidade, está feliz. Se ha trabajado el disco: la cara A es una letanía con los más variopintos calificativos dedicados a los miembros de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Monforte: mala conciencia, demagogos, engaño, malintencionados, politizados, tercos, manipulados, mascarada, liantes, manipulación «noxenta», manipulación «torticeira», perjuicio para el hospital, perjuicio para las personas mayores, instrumento del BNG. La cara B es reprochar al BNG en el pleno del 25 de febrero en el Ayuntamiento que siga un ideario «comunista» que postula que «para manter o poder hai que provocar de vez en cando incendios». ¡Ay, mamaíta... son unos comunistas... ya te lo decía yo!
El Manifiesto comunista empieza así precisamente: «Un fantasma recorre Europa»... ¡uuuhhh! Bromas aparte, recomendaría su lectura a este representante político sin que su contacto le provoque urticaria, como quien lee un clásico como la Biblia. Son 23 páginas con 160 años de antigüedad con frases muy actuales: «Se han sustituido numerosas libertades estatuidas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio...». «Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los han convertido en sus servidores asalariados». Reagan era un anticomunista visceral, pero nuestro concejal, que no anduvo bajo el firmamento hollywodiense, estuvo aquella tarde más cerca del método Stanislavsky que de don Paco Martínez Soria: cree en la invención de la Consellería de Sanidade y empieza a vivirla sinceramente.
La noche nos dejó también la impronta paternalista: ya verán ustedes (dirigiéndose al respetable público) que cuando se acabe esto del área sanitaria saldrán otras cosas. Es que los chicos de la Plataforma son unos traviesos. Papá nos riñe, no juguéis con eso. Se atraeve incluso a parar el reloj cuando él quiere (en el bipartito, claro).
Tres días más tarde, la adhesión incondicional a la consellería se vuelve también emocional. El PP es la garantía de que las cosas queden como están: ¿alejar las prestaciones peregrinando otra vez a Lugo? ¿que la falta de personal y medios vaya desmantelando el hospital de Monforte mientras nos desvían a hospitales privados con negocio también privado? Mi vecino, hombre mayor con mermas físicas importantes, tendrá que ir varias veces a Lugo para operarse de cataratas. ¿Denunciar eso es comunismo?
Los ahora apestados Marx y Engels decían que el primer paso es tener conciencia de la situación. Pues adelante monfortinos, ciudadanos de Chantada hasta Folgoso do Courel, de Bóveda hasta Vilachá y de Carballedo hasta Quiroga. Bienvenida sea la conciencia. Y para hacerle al concejal la puñeta y que apriete los dientes de rabia, cantemos todos esa estrofa de La Internacional: «Ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor».