La merma de ingresos dispara la deuda de los hospitales y amenaza a la calidad del sistema.
Un déficit de más de 11.000 millones de euros atenaza al sistema sanitario español. La crisis económica y el correspondiente descenso de ingresos públicos, que han venido a sumarse a los desequilibrios endémicos, está obligando a los centros sanitarios a hacer juegos malabares con las cuentas. Son juegos que están afectando en primer término a los proveedores (con un retraso considerable de los pagos) y, en segundo, a la gestión de personal. Las penurias económicas del sistema se están paliando con una menor contratación de empleados de sustitución e incluso con el cierre de servicios a la espera de que mejore la coyuntura.