El gigante farmacéutico estadounidense Johnson y Johnson anunció ayer que está trabajando con doctores para mejorar una prueba que detecta células cancerígenas en la sangre, para que esté lo antes posible disponible en los centros médicos. El método, conocido como microchip de circulación de célula cancerígena (Circulating Tumor Cell, CTC), ha sido calificado como un avance revolucionario en el diagnóstico del cáncer desde que fue desarrollado por primera vez hace varios años en el Hospital General de Massachusetts.
Trabaja detectando células cancerígenas que se separaron de un tumor y circulan en niveles muy bajos en la sangre. “Esta nueva tecnología tiene la posibilidad de facilitar una prueba de sangre fácil de administrar y no invasiva, que nos permitiría hallar células tumorales y caracterizar la biología de estas células”, dijo Robert McCormack, jefe de Innovación Tecnológica y Estrategia en Veridex, una división de Johnson y Johnson. De esta manera se ahorrará coste y sufrimiento al paciente, ya que en la actualidad hay que biopsiar órgano por órgano con métodos muy molestos y dolorosos para el enfermo.
La próxima generación de este fármaco busca mejorar la sensibilidad de la prueba actual y ponerla a disposición de oncólogos “como una herramienta de diagnóstico para personalizar la atención y para que los investigadores aceleren y mejoren el proceso de descubrimiento y desarrollo de medicamentos”, explicó Veridex. De momento, cinco de los mejores centros oncológicos de EE UU están interesado por la prueba, que podría usarse en España en tres o cinco años.
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Trabaja detectando células cancerígenas que se separaron de un tumor y circulan en niveles muy bajos en la sangre. “Esta nueva tecnología tiene la posibilidad de facilitar una prueba de sangre fácil de administrar y no invasiva, que nos permitiría hallar células tumorales y caracterizar la biología de estas células”, dijo Robert McCormack, jefe de Innovación Tecnológica y Estrategia en Veridex, una división de Johnson y Johnson. De esta manera se ahorrará coste y sufrimiento al paciente, ya que en la actualidad hay que biopsiar órgano por órgano con métodos muy molestos y dolorosos para el enfermo.
La próxima generación de este fármaco busca mejorar la sensibilidad de la prueba actual y ponerla a disposición de oncólogos “como una herramienta de diagnóstico para personalizar la atención y para que los investigadores aceleren y mejoren el proceso de descubrimiento y desarrollo de medicamentos”, explicó Veridex. De momento, cinco de los mejores centros oncológicos de EE UU están interesado por la prueba, que podría usarse en España en tres o cinco años.
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