Un espacio para fumar en Monforte

 El Progreso

La ley antitabaco ha revolucionado a la sociedad, los fumadores hacen un esfuerzo importante para acatar la normativa y en los bares el respeto hacia la legislación es máximo. Sin embargo, el descontento de los afectados está ahí y el sector hostelero ya se ha resentido.
En un contexto de adversidad, y será por aquello de que el hambre y la necesidad agudizan el ingenio, la alternativa para los que quieren disfrutar de un pitillo mientras se toman un café o una caña está en las asociaciones o clubes de fumadores.
El joven hostelero Antonio Iglesias tiene el mérito de poner en marcha el club social para fumadores de Monforte de Lemos. Antonio Iglesias es el gerente del bar Me da igual ubicado en el número 99 de la Rúa Calvo Sotelo de la ciudad del Cabe y fue precisamente la necesidad expresada por su clientela la que le animó plantearse la idea de montar un club social.
«Yo no fumo, pero la mayoría de mis clientes si lo hace y la caja empezaba a resentirse. Las partidas desaparecieron por completo y a la hora de los café también bajó mucho el negocio, así que la solución era buscar una nueva alternativa», apuntó el joven.
Y esa alternativa lleva el nombre de club social para fumadores. Antonio Iglesias ya tiene los permisos en marcha y trabaja en la adecuación de unas instalaciones próximas al bar, la intención es abrir las puertas en el plazo de un mes. De hecho, ya ha gestionado los primeros carnés para los asociados que tendrán en el club un espacio para disfrutar de su tiempo de ocio a su anchas con la única obligación de servirse sus propias consumiciones y mantener las instalaciones, como si estuvieran en su propia casa.
Antonio Iglesias defiende que se persigue la comodidad de los asociados y que de la misma manera que uno forma parte de un club para hacer deporte, manualidades o cualquier actividad, en este caso la asociación nace para satisfacer las necesidades de los que quieren compartir conversación y vivencias ante un cigarrillo.
La medida ha calado en Monforte y ya son muchos los que se acercan al bar Me da Igual para formalizar su inscripción, tanto los clientes habituales del local como otros vecinos. «Nuestros clientes fueron los primeros en respaldar el club, pero la voz se corre y también se acercan personas que no venían con tanta frecuencia», apuntó el joven.
En cuanto al perfil, Antonio Iglesias defiende que hay interesados de todas las edades, incluso jóvenes, tanto hombres como mujeres. Todos ellos buscan lo mismo: comodidad y tranquilidad para fumarse un cigarro.