La empresa privada Povisa, propietaria del hospital que atiende un área sanitaria de 143.000 pacientes en Vigo, se niega a aceptar recortes en el concierto que negocia con la Consellería de Sanidade y ha mantenido su órdago a la Administración. A última hora de ayer aseguró que el lunes presentará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado la semana pasada para echar a la calle a 1.200 trabajadores, algo que solo se puede entender como una amenaza para tensar la cuerda con Sanidade. La noticia se produjo tras cuatro horas de reunión entre ambas partes. Lo único cierto es que la Xunta acepta un acuerdo que tenga una vigencia de diez años.
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