Se avecinan huelgas indefinidas. Tendré que cambiar mi opinión sobre la sanidad pública: encontraré listas de espera interminables, hospitales fantasma sin recursos, personal sanitario insuficiente
y desmotivado, situaciones caóticas y de desesperación. No es posible
que de repente todo haga "plof". Por lo menos lo más básico, aquello que
asegura una mínima cohesión social y dignidad humana, debería ser tratado como sagrado. Gestionad los recursos con eficiencia, pero no destruyáis la sanidad pública, no permitáis que la salud sea
únicamente una cuestión de dinero. No parece una estrategia de lucha
contra la crisis sino un fuerte empujón hacia el abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario