Después de 12 años de férreo control, impuesto tras la crisis de las vacas locas a finales de los noventa, el proceso de identificación de ganado bovino, ovino y caprino, asistido desde 2008 por veterinarios de la empresa pública Seaga, se abre a empresas privadas o queda bajo responsabilidad del ganadero, encargado también de comunicar, por teléfono o a través de un portal web de Medio Rural, los datos de sus animales. Un nuevo decreto, en vigor desde principios de la semana pasada, acerca el sistema gallego al del resto de las comunidades españolas y sustituye la verificación del profesional en la explotación por el autocontrol del ganadero.
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