El modelo de financiación público-privada, que asciende a más de 300 millones en los Presupuestos de la Xunta, centró buena parte del debate parlamentario para la aprobación definitiva de las cuentas de la comunidad autónoma, que ayer se inició en la Cámara gallega. Los Presupuestos para 2011, que hoy pasarán el último trámite, con la votación de las enmiendas que quedan vivas, ascienden a 10.548 millones de euros, un 9,7% menos que los del presente año.
La oposición criticó lo que entiende como un abuso de un modelo de contratación que no computa como deuda, pero que compromete las próximas cuentas de la comunidad autónoma, mientras que el popular Pedro Puy lo consideró necesario para hacer frente a las restricciones impuestas por la crisis.
Además del compromiso para futuros presupuestos que supone este modelo de contratación, que se seguirá, entre otras, para las dos principales inversiones de la legislatura, el hospital de Vigo y la autovía Carballo-Berdoias, la oposición lo criticó por lo que tiene de "privatización" de los servicios sociales, una opinión que descartó Pedro Puy.
En la sesión de ayer se debatieron las enmiendas de la oposición tanto al articulado como al estado de gastos de diversas consellerías. Los socialistas acusaron al PP de "hacer oposición a los alcaldes de las ciudades" con los Presupuestos y el BNG tachó las cuentas de "farsa".
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